“Nadie sabe lo que no sabe hasta que tiene que inventarlo”
En mi época de niño explorador, había un juego al que
jugábamos cada vez que ingresaban en nuestra pandilla algunos exploradores
nuevos. Colocábamos las sillas de tal manera que creaban un camino de
obstáculos por el que los nuevos jóvenes exploradores, con los ojos vendados,
debían abrirse paso. El jefe de la pandilla les daba algunos minutos para que
estudiaran la colocación de las sillas, antes de que comenzara la aventura.
Pero en cuanto se les vendaban los ojos a las víctimas, los demás, sin hacer ruido,
retirábamos las sillas.
Opino que la vida personal y profesional, en algunos de sus
pasajes, se asemeja a este juego. Quizá nos pasamos el tiempo evitando
obstáculos que nos hemos creado, y que en realidad existen sólo en nuestra
mente. Tenemos miedo de alzar la voz y defender lo que consideramos justo, de afrontar
nuevos desafíos, de tomar clases de guitarra, de aprender un idioma extranjero,
de llamar a un viejo amigo, de escribir poemas de amor, y como no de innovar...
de todo aquello que de veras quisiéramos hacer, pero no hacemos a causa de los
obstáculos que nos imaginamos.
Considero que no hay que evitar ninguna silla hasta que
choquemos de frente con alguna. Y si así ocurre, al menos tendremos donde
sentarnos…
Este juego del pasado me sirve de símil para contextualizar el
presente, os cuento: La sede del Área Territorial de Empleo Alpujarras-Poniente
está ubicada en el Centro de Empleo de El Ejido (Almería) en el cual trabajan 6
funcionarios/as y el director del citado centro junto con 5 profesionales de
orientación profesional, 5 agentes de empresa y 3 dinamizadores de Zona TIC (en
el siguiente capítulo os contaré más cosas sobre ellos y ellas), en definitiva
suman 20 personas que conmigo alcanzaríamos la cifra mágica de 21.
Sí que sí, el 21 es un número especial. ¿Por qué?, pues
fijaros: 21 gramos es el peso del alma (es el peso que se pierde al morir). También
que es el número de la suerte en los casinos, dado que lo mejor que te puede
salir en las “máquinas tragaperras” es la combinación de los tres sietes (sumados
dan 21). Pero no es sólo eso. Existe la teoría que afirma que 21 son los días
que se necesitan para abandonar las malas costumbres, las viejas ideas y los
pensamientos negativos.
En 21 días uno puede desarrollar nuevas maneras de hacer las
cosas, hábitos más saludables y crear pensamientos que nos lleven a conseguir
mejores resultados.
Así que en 21 días estaremos innovando…
Bueno continúo que me disperso. Os contaba que para la
semilla de innovación (como la llama mi compañera de reto María Humbelina -http://marmansi.blogspot.com.es/-)
referida a las “Paredes que hablan” era necesario un escenario, un muro, una
pizarra donde dejar fluir las palabras, las imágenes, las ideas, los instantes…
Así que encontré el lugar perfecto junto a la pantalla táctil
del control de presencia, al que mínimamente acudimos a diario dos veces al día
a “fichar” la entrada y la salida y que se encuentra en un espacio amplio y
oculto tras unos armarios grises…
Y decoré de blanco su tristeza…
Mis compañeros y compañeras, al igual que mis amigos
exploradores de la infancia con sus ojos todavía vendados por desconocer de qué
va ese nuevo espacio habrán empezado su proceso mental de inferencias y cábalas…
pero tendrán que esperar al próximo jueves para saber que forman parte de un
reto… un gran reto…
Tal vez escuchen a las paredes preguntarles
¿Cómo huelen tus miedos?
¿De qué color son tus pensamientos?
¿A qué saben tus deseos?
¿Qué textura tienen tus abrazos?
¿Qué dice tu silencio?
Ya os decía que busco instantes… trocitos de tiempo que les
selle el corazón… después los coleccionaremos, tal vez los olvidemos, habrá
quién los guarde y quién los queme. Y también incluso quienes los vivan y no se
den cuenta… os mantendré informados… posiblemente sentado en una silla.
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